UN AÑO DE BENDICIONES

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PARA TODOS

martes, 1 de noviembre de 2011

Día de muertos

Tendría entonce apenas seis años, pero lo recuerdo con mucha claridad, el día anterior había acompañado al mercado a mi abuela Toña para comprar lo necesario para los guisos que prepararían ella, mamá, mis tías y mis primas.

El mercado era un lugar lleno de sonidos, colores y olores; frente a mis ojos se desplegaba una enorme variedad de frutas, verduras y flores, los gritos de los vendedores me aturdían : - ¡¡¡Pásele marchantita, compre sus ricos jitomatitos, mire que sabrosas y frescas calabacitas!!!´ (los mexicanos tenemos la costumbre de llamar en diminutivo y con mucho cariño a la comida: frijolitos, arrocito, tortillitas etc.)- o -¡¡¡Ándele güerita, mire que gallinitas tan pechugonas traigo!!! - (güerita quiere decir rubia, es probable que esta costumbre de llamar güeritas a las posibles compradoras, venga de la ocupación española ).

Caminaba tras de mi abuela, que dicho sea de paso era rápida y muy certera para comprar y veía como poco a poco llenaba su canasta de lo que sabía que más tarde serían exquisiteces que deleitarían nuestro paladar.

Al final compraba las flores, que era la parte que más me gustaba, su rebozo se llenaba de amarillas flores de cempazuchitl y de flores moradas y blancas (pa'los muertos chiquitos, me explicaba), cuando este estaba lleno, lo amarraba a su espalda y con la pesada canasta en su brazo y las flores a su espalda, tomábamos el viejo autobús de regreso a casa.

Casi todo el día anterior al día primero de noviembre, la casa era un avispero, mis tías y mis primas, entraban y salían ayudando a hacer el altar para los muertos, lavando los pisos, guisando los diferentes platillos y torteando los sabrosos discos de maíz, llamados tortillas.

Ese año había tocado que se pusiera el altar para los muertos en nuestra casa, tal vez el año siguiente sería en casa de tío Bulmaro o del tío Marcos o de cualquiera de los muchos hermanos de mi papá o de mi mamá.

Yo rechinaba de limpia, había estrenado un lindo vestido blanco y azul, réplica del de mi hermana Luz, que mamá había confeccionada para nosotras: la parte que no me gustaba era la del peinado que me hacía mamá, ya que me jalaba tanto, que terminaba llorando.

El tañer de las campanas anunciaba el inicio de la ceremonia de "Los fieles Difuntos" y toda la familia salíamos rumbo al panteón.

Este es parte de lo que yo viví en mi lejana infancia y que llenaron mi vida de magia y felicidad.

DK

Gracias por tu relato, Tere

9 comentarios:

  1. Se lee con mucho placer esta narración tan fluida y fresca...
    Besitos y salud

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  2. Una paleta de colores, una fiesta de aromas y sabores. Así es tu delicioso relato, tía Ku. Yo también acompañaba a mi abuela Sofía (pura sabiduría, como su nombre) al mercado. Pero no era en balde, porque ella siempre me compraba un "matrimonio". Así le dicen a un jugo de guanábana en leche al que le echan encima jugo de mora, que, al penetrar la blancura de la guanábana, va cayendo hasta el fondo en forma helicoidal como una espiral de color grana que hiere la algodonosa fruta. Una dicha para los sentidos.

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  3. Hermoso relato, transmitiste la tradición perfectamente. Abrazos Martha.

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  4. Siempre me sorprendió esta tradición, pues en mi país no se conmemora, es decir, claro que existe, pero no se hace un culto especial. Así y todo, me maravilla leer cómo experimentabas esa fiesta, debe ser un bello recuerdo para atesorar.
    Un beso siempre cariñoso, mi querida Doña Ku.
    HD

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  5. Estimada Dora: en principio, muchas gracias por tus palabras. Tu relato es bellísimo, me remite a los recuerdos más cálidos de lo que considero familiar en mi historia.
    Espero verte en nuevas entradas de ambas.
    Un gran cariño!

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  6. Antes se vivia de otra manera el dia de difuntos, con mas pasion... hoy en dia es todo mas comercial y mas frio. Aunque para ser sinceros yo nunca lo celebro para mi este dia es todos los dias del año, no necesito que nadie me diga cuando debo acordarme de los que se fueron. Eso si respeto a todo el que celebra este dia.
    Bonita tu narracion tan dulce y con tan buenos recuerdos.
    un beso

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  7. Si Genia: Cualquier recuerdo auténtico, qu viene de gente buena y que respeta las tradiciones, es bello.
    Doña Teresita es una ancianita de 81 años, que vive con sus sobrinos nietos, ya que sus propios hijos y nietos no se quisieron hacer cargo de ella, alegando falta de recursos económicos, no obstante ella vive contenta y casi nunca recuerda donde dejó las llaves o en que día vive, pero tiene muy nítidos sus recuerdos. Entre ellos este,del Día de los muertos en su pueblo de Santa Clara del Cobre Michoacán en México.
    Gracias por tu amistada: Doña Ku

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  8. Darío: Algunos pueblos, entre ellos el de E.U, se inventan sus tradiciones, pero no son auténticas, nosotros podemos decir que tenemos pasado y tradiciones históricas.
    Eso es lo que nos envidian, que a pesar de tanta pobreza, siempre tenemos fiestas,aquí dicen: "pobres, pero contentos". Bueno, es una manera de burlarnos de la suerte que nos tocó.
    Te quiere tu tía Ku

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  9. Querida Dora:¡Que bella rememoración de otros tiempos!¡Que bien lo relatas!Me agrada esta intención de recordar lo hermoso de nuestras vidas, cuando la tadición era más identificable para cada pueblo. Ahora es todo más uniforme y despersonalizado.

    En Galicia hay tambien mucho culto a los muertos pero ya se han perdido muchas de las tradiciones. Ahora se importan tradiciones americanas que nada tienen que ver con nosotros.

    Un abrazo muy fuerte.Gracias por tu bello relato

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