Camino por las calles empedradas mientras contemplo el cielo hermoso y despejado. Las campanas de la iglesia anuncian las cuatro de la tarde.
A lo lejos de escucha la música del teponaxtle (especie de tambor alto y estrecho) que saca sus sonidos secos al golpe de sendos palos manejados por las manos hábiles de sus ejecutantes. Me acerco y descubro a varios danzantes que bailan ataviados con taparrabos, plumas y pedazos de cuero llenos de conchas amarradas a sus tobillos.
El baile es rítmico e hipnotizante, se llama "Los concheros", sé que fue bailado por mis ancestros y que se ha repetido por siglos, me enorgullece saber que no han muerto estas bellas tradiciones.
La plaza bullanguera anuncia sus mercaderías y se me van los ojos tras las más variadas artesanías: joyas de plata y cobre, adornos de diversos materiales,cuadros de paisajes pintorescos, blusas, faldas, jorongos (especie de abrigos de lana) y cualquier cosa que salga de las imaginativas manos de nuestros artesanos.
No faltan las más diversas viandas, desde las aguas espiritosas, hasta los dulces típicos, que seducen con sus variados colores, sin faltar las exquisitas nieves de sabores inverosímiles, como la de tequila, de queso, de tuna o de chamoy.
Más tarde me asomo por los rincones culturales: "El museo de Virreynato" con su iglesia llena de tesoros artísticos, las casas coloniales convertidas en galerías de arte, en comercios o en pequeños restaurantes.
Termino sentada en una agradable cafetería con su hermoso jardín lleno de rosas de todos los colores y desde el techo de tejas rojas vuelas las palomas.
Siento una paz muy especial. La mesera se acerca y me alarga una carta-menú y me sorprendo gratamente al abrirla y leer: "Quiero alimentarme con las flores de hielo de esta ventana de invierno, los aromas de muchas sopas, el perfume de velas sagradas que por esta casa me persiguen.
Quiero alimentarme con la lavanda que se desprende de ciertos poemas y la canela de las manzanas asándose y el placer que vemos en el cielo cuando nos enamoramos".
James Tiptón (fragmento)
No te puedes morir mamá, estás en toda esta belleza, tu esencia es así hermosa y simple, cómo esta tarde en Tepotzotlan.
Para ti mamá: Dora Kuechel
QUERIDA DORA, TU MADRE ESTÁ EN ESAS TRADICIONES ALEGRES, ANCESTRALES, QUE ELLA COMO TÚ DISFRUTA EN ESTOS MOMENTOS, ACASO NO CREES QUE EL RECUERDO DE SU PRESENCIA, ELLA TE LO TRAJO CON SU ESPÍRITU?
ResponderEliminarHERMOSO ESCRITO, COMO QUISIERA CAMINAR ESOS FESTEJOS...
TE ABRAZO
Abuela Frescotona: Mi querido México es muy hospitalario y te abre sus brazos para cuando tu quieras venir a conocerlo, lo mismo que esta amiga tuya, así que eres BIENVENIDA.
ResponderEliminarCon mi cariño: Doña Ku
¡Que preciosidad de post!
ResponderEliminarMe pareció estar paseando viendo todo lo que describes con tanta frescura.
Muchas gracias por contarme todas esas coloridas e interesantes cosas.
Salud y besitos
Gracias Genin: Ojalá y pudieras venir a mi país y descubrir los "Pueblos Mágicos", Tepotzotlan es sólo uno de ellos.
ResponderEliminarCariñosamente: Doña Ku
Precioso lo que compartes con palabras que nos llegan a todos.
ResponderEliminarColorido y entorno hermoso!!!
Te deseo una semana de buena cosecha !!!!!!
Cariños
Frase de la semana::
" Disfruta de la vida, esto no es un ensayo."
Por supuesto que no se puede morir tu madre, por supuestisimo que no, y menos envuelta en tanta belleza física y no física de la que se forma parte... !que maravilla esa tarde en Tepotzotlan!, tu lo has descrito divinamente, maravillosamente, magistralmente.
ResponderEliminarDos besotes (uno para cada una) de esos enormísimos y muy muy sonoros
Abuela Ciber: Tu presencia en mi blog alegra mi día. Gracias por estar.
ResponderEliminarCariñosamente:Doña Ku
apm: Mi madre sigue viviendo en todos esos lugares que visitamos juntas, porque siempre fue una maravillosa mujer enamorada de sus raíces.
ResponderEliminarTe devuelvo tu beso, y además te mando un abrazo con el cariño de siempre: Doña Ku
¡Que hermosísima fiesta de los sentidos!. Una explosión de aromas, colores, música, sabores.... Menos mal estaba presente una cronista que nos regaló con su prosa poética el registro de las sensasiones. Una flor para la cronista.
ResponderEliminarDarío: Recibo con mucho gusto tu flor aunque te hayas visto muy avaro,por lo menos un buquetcito pequeño me hubieras mandado, pero bueno, te lo perdono porque lo que me dices es como un gran ramo de rosas.
ResponderEliminarTe quiere tu tía virtual: Doña Ku