UN AÑO DE BENDICIONES

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PARA TODOS

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Ser o no ser extranjera (dos)



Puntualmente, el sábado siguiente a las doce en punto (las siete de la noche en Alemania) sonó el teléfono, una Karina emocionada respondió, la escuché contestando algunas preguntas y asombrándose cada vez más de lo que escuchaba al otro lado de la línea.
Cuando colgó estaba casi en shock,- ¿que pasa, que te dijo?-, pregunté, - ¡ quiere que me vaya a Alemania con los niños, lo más pronto posible !-, - ¿queee?, ¡¿así, cómo así?! -
Estuvimos calladas y pensativas el resto del día, hasta que mi hija rompió el silencio,- no podía creer que no contamos con un pasaporte, para ellos es normal tener al día todos sus papeles y eso incluye el pasaporte, ¡no cabe duda que es otro mundo! Nunca imaginamos que nuestra vida daría un vuelco de 180 grados.
Recibió otra llamada, Miguel, el mediador entre Karina y Fredy, le avisaba que podía ir a reclamar la cantidad de dinero que necesitaba para tramitar los pasaportes de ella y sus dos hijos.
De pronto saltó la fiera desconfiada que había en mí,- no hija, ¡a mis niños no te los vas a llevar!-, - pero cómo no, ¡son mis hijos!-, -serán tus hijos, pero no sabes a que los vas a exponer, ni que clase de personas son con las que van a convivir, ve tú , cerciórate de que sea un ambiente adecuado, y si es así, regresa por ellos-, cuando decía esto mis entrañas sangraban por dentro.
A ella este razonamiento le pareció correcto, y amarrando sus sentimientos se dispuso a tramitar los pasaportes, pero pidió a Fredy que sólo comprara un ticket.
-Madre, no quiero engañarte, si voy a Alemania no es porque esté perdídamente enamorada de Fredy, sólo quiero darme una oportunidad de volver a querer, eso si, trataré con todas mis fuerzas.
Ver a mi única hija mujer subir a ese enorme pájaro de acero, fue algo difícil de explicar, se me agolparon las lágrimas mientras le decía adiós, pero cuando me di cuenta que no había vuelta atrás, derramé litros y litros de salobre tristeza, junto con mi madre, que sentía al igual que yo que se le iba su negrita querida y que sólo Dios sabía cuando la volveríamos a ver.
Fue un año muy difícil, los niños lloraban a la menor provocación, Daniel iba de mal en peor en la escuela, Jessica volteaba al cielo cada vez que oía un avión y me decía: - ahí va mi mami, ¿verdad? -
La pobre Karina a pesar de haber encontrado a su hombre ideal, guapo, trabajador y enamorado, no podía ser feliz, por lo mucho que extrañaba a sus hijos.
Me escribía largas misivas contándome del lugar, de las personas que en él vivían y de la escasa comunicación verbal que tenía, aún con su Fredy, con el que había creado un lenguaje especial que no era ni español, ni inglés, ni alemán, pero que más o menos les funcionaba.
No obstante, me contaba, la madre de él y su familia en general eran muy amables con ella.
Doña María, su suegra, la llevaba sus excursiones de la tercera edad, al gimnasio y a las reuniones que tenía, sobretodo de la iglésia, donde se aburría hasta el bostezo, pero a ella le parecía que era una señal de buena convivencia.
Al año exactamente, Karina nos anunció su regreso, - iré yo sola por los niños -, comentó.
Esa frase me sonó a qué, a lo mejor ya no pensaba regresar, en mi fuero interno rogaba porque así fuera, ya que, egoístamente deseaba tenerlos a todos en casa, pero mi lado racional me decía que ellos tenían derecho a una vida diferente.
Los niños y su madre se abrazaron emocionados y ella les dijo que ya no se separarían, que se irían con ella a Alemania.
Fredy llegó unos días después a conocernos, su alta figura se recortó en la puerta de salida del Aeropuerto, cuando vi su hermosa sonrisa y su verdes ojos de chico bueno, comprendí porqué Karina había regresado completamente enamorada de él.
Los abrazos de Fredy sorprendieron a todo el mundo, ya que debido a sus largos brazos y a nuestra escasa estatura, casi siempre sus manos llegaban a nuestros traseros, que abrazaba sin querer, y que nos hacía reír y avergonzarnos, sin que él comprendiera bien que era lo que nos causaba hilaridad y nos ponía encarnados/das.
Casi no nos podíamos comunicar con él, erróneamente pensé que al menos yo si podría hacerlo, pero me encontré con que no hablaba inglés y tuvimos que resignarnos a vernos y sonreír, creo que entonces sintió lo mismo que su chica o sea, la barrera del idioma y las costumbres.
Comenzaron los trámites, pero cómo esto se prolongaran y Fredy tenía que regresar a su país, tuvieron que resignarse a que Karina se quedara a terminar con el papeleo.
Mi hijo Alejandro ayudó a fredy a subir su equipaje, mientras éste se despedía con gran pesar de los niños, cuando le tocó el turno a Jessica fue todo un drama pues rompió a llorar a gritos,- ¡no, fredy, no, no te vayas!-, y se aferró a su mano y por último a sus dedos, sufriendo terriblemente por su partida.
Me contó mi hijo, que yendo ya rumbo a Aeropuerto, de pronto escuchó un sollozo y pensó que era su hermana, pero no, era fredy que lloraba conmovido por la demostración de cariño de la niña.
Finalmente llegaron a las manos de Karina los pasaportes de los niños y en ese momento supimos que era inminente la partida de nuestros amores.
Cómo de costumbre, hicimos buena cara frente a ellos, soportamos con estoicismo las compras, ayudamos a hacer maletas y cuando no hubo más remedio, los acompañamos al Aeropuerto.
Si ver irse a Karina nos había hecho sufrir,el tener que desprendernos también de dos niños amados de 5 y 10 años, implicó una sufrimiento casi insoportable.
Ahí quedamos, mi madre, mi hijo Alejandro y yo, desolados en medio de la sala diciendo adiós a nuestra querida familia, que partía rumbo a su destino.
(continua)

9 comentarios:

  1. Separarse de un hijo es muy doloroso. Lamentablemente en Colombia existen muchas familias fragmentadas porque el padre o la madre tienen que partir al extranjero (generalmente a España y EUA)para buscar la oportunidad que su propia patria les niega.

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  2. Dora, vine a retribuirte la visita y me encontré con un bello blog, escrito por una persona que, se nota, tiene mucha fuerza y muchas ganas de sacarle provecho a esta vida.
    Me sentí identificado con tu entrada, pues yo pertenezco a la categoría de los extranjeros. Voy a seguirte.
    Un cariño desde Argentina.
    Humberto.

    www.humbertodib.blogspot.com

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  3. Que forma tan tierna y conmovedora de contar estas vivencias!
    ¡Es tan interesante!
    Muchas gracias.
    Besos y salud

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  4. Si Darío, viviendo en un tercer mundo, o aguantas y haces una carrera con dificultades, para encontrarte con que no sabes donde la vas a ejercer o emigras a un primer mundo, donde hay más oportunidades.
    Saluditos de la tía Ku

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  5. Humberto: Me siento encantada con tu visita, gracias por lo que me dices y que bueno que entiendas lo que es ser extranjero, mi abuelita decía : "El pan ajeno, hace al niño bueno".
    Cariños de : Doña Ku

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  6. Genin: Parte del placer de escribir, es el saber que quién te lee disfruta de tus letras, tú eres un Genin en eso, así que me hace sentir orgullosa el ver que te gusta lo que escribo.
    Con cariño: Doña Ku

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  7. ASI ES QUERIDA AMIGA, PARAFRASEANDO POETA"NUESTROS HIJOS SON LAS FLECHAS QUE ARROJAMOS A LA VIDA"...
    EN NUESTRO CORAZÓN ESTÁ EL TEMOR, EN ELLOS LA ESPERANZA. DEJO MI ABRAZO QUERIDA DOÑA KU

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  8. Abuela frescotona: No son nuestros, ya lo sé, pero ¡que incompleta me siento sin ellos!,aún hoy y después de tantos años.
    Te quiere tu amiga de siempre: Doña Ku

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  9. Mujer de coraje Karina asumiendo una vida nueva y el desarraigo. Imagino lo partido que quedó tu corazón y cuanto los extrañas todavía.

    Me place leer tus historias por lo que relatas y lo bien que lo haces mi querida Dorita.

    Paso al tercero:-)

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