María había quedado huérfana y dueña de una vieja casa y un pequeño establo.Imagino que debió haber sido abrumador para ella saberse sola y sin ayuda alguna, pues tenía que levantarse al alba a ordeñar las vacas, labrar la tierra y hacer todo lo necesario en el rancho.
Afortunadamente ella era un chica bonita, de aspecto saludable, y pronto flechó a un muchacho del pueblo contiguo al de ella. Se llamaba Walter un muchacho alto y fuerte, quién no perdió tiempo y se apresuró a pedirle que se casaran. Él se hizo cargo de los trabajos más rudos, claro, contando siempre con la valiosa cooperación de su trabajadora mujer.
La casa comenzó a ser un problema para ellos, se filtraba el agua cuando llovía y la paredes lucían frágiles, de manera que decidieron tirarla y volverla a construir.
Con ayuda de algunos parientes y vecino demolieron el viejo cascarón, pero la construcción la hicieron casi solos.
María y Walter acarrearon ladrillos,madera, mezcla y todo lo necesario para levantar una sólida casa y un establo, aún cuando ella ya llevaba en su vientre a su primera hija.
Una vez bien establecidos en la nueva casa, ante la desesperación de Walter llegaron a su hogar una hija tras otra. Para los granjeros lo más importante es procrear un varón, para tener quién lo ayude en las labores del campo y para la continuación de su apellido.
Al cuarto embarazo, y cuando ya se habían resignado a tener otra niña, tuvieron la dicha enorme de recibir a un chico, al que pusieron Manfred y a quién todos comenzaron a llamar Fredy.
Al crecer Edith y Silvia, las hijas mayores, se casaron y emigraron a la casa de sus respectivos esposos, solamente quedaron solteros Sonja y Fredy.
María soñaba con que su hijo querido se casara con una de esas chicas rubias y hermosas que tenían por vecinas, para ella era la secuencia normal pues así había sido siempre en su familia, tíos, tías, primos y primas estaban casados con gente de por ahí.
Así que el día que su hijo le dijo que iba con dos de sus amigos a México de vacaciones, nunca imaginó el cambio tan dramático que habría en su hogar. Pero Fredy regresó bastante inquieto y más callado que de costumbre.
Un día le comunicó que llegaría a casa una chica mexicana de quién estaba enamorado. Su corazón dio un vuelco, ¿una mexicana?, ¿pues que exótico pensamiento había anidado en su hijo?
Lo comentó con su esposo y sus hijas, ellos creyeron que María había tenido un mal sueño.
Pero no, un día lo vieron llegar con una chica bajita y morena que no hablaba ni papa de alemán y todos quedaron muy sorprendidos, pero como buenos alemanes, hicieron como que no pasaba nada y aceptaron esa excentricidad.
Cuando pasado un año vieron que La chica salía con todo y maletas rumbo al Aeropuerto, supusieron que el romance había terminado a pesar de la buena cara que todos había mostrado con aquella extranjera. En el fondo todos suspiraron aliviados.
Lo que no sabían era que, no había acabado la extraña incursión, pues para su total estupefacción, no sólo constataron que regresaba la mexicana, sino que traía junto con ella dos mexicanitos, una niña y un niño que pondrían patas arriba el perfecto equilibrio que reinaba en la casa.
Entonces se desató el caos, hubieron peleas de María con la extranjera por el mal comportamiento de los niños, pues estos, cómo no comprendían las normas del hogar entraban con las botas llenas de lodo a la sala de la casa, destruían los juguetes que se guardaban como recuerdo en los anaqueles, comían a horas inusuales etc, etc.
Pero María nunca imaginó encontrarse con la férrea voluntad de Karina ( así se llamaba aquella extraña, a la que una vez creyó que podría dominar fácilmente) que, aunque corrigió las faltas de sus hijos, nunca permitió ninguna ingerencia en su educación, pues desde el primer momento y a pesar de no hablar el idioma, puso sus propias normas.
Con el tiempo se suavizaron las peleas cuando Fredy y Karina construyeron su propio hogar en el ático de la casa, sin olvidar tener su propia entrada y su absoluta independencia.
Y también con el tiempo, Jessica y Daniel, los dos mexicanitos que habían revolucionado la casa, aprendieron a hablar perfectamente el alemán, incluyendo el dialecto que se hablaba en esa región bávara, y superaron la barrera que los separaba hasta parecer nativos del lugar, claro sin poder eliminar la apariencia física.
Quizá otra de las circunstancias que hicieron que se acabara la frialdad entre María y Karina, fue el nacimiento de Manuel, el único nieto varón que llegaba a esa casa, ya que las hija sólo habían procreado dos niñas cada una.
(continua)
Parece mentira, que en cuanto uno empieza a estar agusto con la lectura, esta se termina y se queda uno deseando tener mas...
ResponderEliminarGracias.
Besos y salud
Desde luego es toda una epopeya, y estoy con Genín, que nos dejas con la miel en los labios y queriendo leer más, !espero pronto la siguiente!... que gran historia de amor la de tu hija Karina y su marido alemán, pero vamos, que qué más dá que sea alemán o noruego o portugués ¿acaso importa algo la nacionalidad?, lo importante son las personas sean del país que sean, lo importante es el amor, no hay fronteras para eso, y de nada sirven ni valen las geográficas, de nada, por supuestísimo.
ResponderEliminarYo conozco muchas parejas estupendas que son de distinta nacionalidad, y ahí están, el amor ante todo: por encima de todo, eso es lo que importa ¿verdad?
Mil besotes enormísimos... ah! y que guapísimos que estan tu hija, su marido y tus nietos en las fotos!!!
Genin: A veces me siento envidiosa de ver cuantos amigos contestan tus post de blog o el de apm, la Abuela frescotona o algunos otros, pero he llegado a pensar que si sólo me contestan dos y están interesados en lo que escribo, para mi es suficiente y me doy por satisfecha.
ResponderEliminarCon mi cariño: Doña Ku
apm: Pronto escribiré la siguiente entrega, pues para mi es una historia que debe conservarse, ya que por lo menos para mí, es hermosa y no muy usual.
ResponderEliminarEspero que ya estés en el camino del cambio de tu blog y que pronto pueda leerte, que tu eres una escritora fantástica.
Cariñosamente: Doña Ku
TU FAMILIA SI QUE ES UN CRISOL DE RAZAS, QUERIDA KU, ME GUSTAN TUS HISTORIAS, TE ABRAZO AMIGA MIA
ResponderEliminarHola, Dora Ku, eres muy amable,gracias por todas tus bellas letras, un placer perderse en ellas, muy agradecido,pasa buena tarde,gracias, besos.
ResponderEliminarNo sé si ya te lo dije, Dora Ku, pero tus textos me llegan mucho, me identifico con ellos, ya que soy una persona que no vive en su país y, después de tanto tiempo (15 años, creo), ya no sé bien de dónde soy... un Brasiargentino, o algo así.
ResponderEliminarPor otras parte, te agradezco mucho por tus hermosas palabras en mi espacio, si faltaran, no sería el mismo blog.
Por último, en una época entraban 3 o 4 amigos a dejarme un mensaje, hoy son alrededor de 85 comentarios por entrada cada cinco días. Te aseguro que se siente, emociona, sin embargo, el valor no está en la cantidad, sino en la calidad de quienes dejan su opinión. Así y todo, creo que tus dotes de escritora serán prontamente reconocidas a nivel masivo. En lo que a mí respecta, voy a dar un pequeño empujoncito, si es que sirve, voy a colocar un vínculo en mi blog para que los que allí entran, también puedan visitarte.
Te dejo un beso enorme.
Humberto.
¡Señora! Qué lindas palabras las suyas. Me da alegría ver a una paisana en estos lugares.
ResponderEliminarLe mando un abrazo y le deseo felices fiestas decembrinas.
Abuela frescotona:Pues si,querida amiga,te asombraría saber cuan variopinta es mi familia, ya que mi nieta Jessica tiene un novio turco y ya no me asombraría en absoluto si mi nieto Daniel me dijese que tiene una novia japonesa y mi nieto Manuel terminase casándose con una africana jajajajajajaja
ResponderEliminarTe quiero amiga: Doña Ku
don vito: Gracias por tu amistad y por tu visita, me gusta saber que disfrutas mis letras,como yo las herosísimas tuyas.
ResponderEliminarCariñosamente: Doña Ku
Humberto:Obrigada por seu tempo (es lo único que sé en portugués),pero creo que gracias u obrigada es una palabra muy linda que me gusta decir muy seguido, pero sobre todo cuando he encontrado a un buen amigo como tú.
ResponderEliminarUn día me plantee la cuestión de por qué escribía y me contesté con sinceridad: en primer lugar, porque me gusta y tengo tiempo para hacerlo, después porque me gusta comunicar mis sentimientos y finalmente porque el beneficio de esto es que, además de hacer lo que te gusta y disfrutarlo haces amigas y amigos, ¿cuantos?, eso es lo de menos.
Obrigada poe seu tempo: Doña Ku
No hay nada como las historias de familia, lo mejor es que los niños van a tener algo especialmente interesante sobre su infancia, eso sirve de mucho al crecer, el ambiente rural tambien es bueno para el desarrollo, mirando la escena como un sujeto ajeno puedo decir que les va a ir bien
ResponderEliminarMira Gin, los niños ya no son tan niños, el mayor, hoy 12 de diciembre, cumplió 23 años y la chica tiene 17 Y si, les ha ido bien, el de 23 ya terminó una carrera y se ha hecho muy responsable, ella estudia y trabaja para estilista, podía decirse que se han adaptado a la perfección al país y hablan mejor el alemán que el español, pero no han olvidado sus raíces.
ResponderEliminarGracias por visitarme: Doña Ku
Doña Ku.
ResponderEliminarMi nombre es Carlos y lo que dice mi nick es "locoflacke" pero de cabeza y al revés. ¿Por qué? Es una palabra que me trae lindos recuerdos pero ahora me tiene de cabeza por tanto sufrimiento.
Un abrazo desde Colima.
Ayyy....me quedo con ganas de seguir la historia!! no tardes amiga.
ResponderEliminarAvísame cuando posteas la cuarta
besos:-)
Insisto, tía Ku, en que eres nuestra Sherezada - la gran narradora de historias-. Al igual que tus otros amigos, quedé con el prurito de conocer el final. Besos, Darío
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