UN AÑO DE BENDICIONES

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PARA TODOS

miércoles, 6 de julio de 2011

La loca del parque (tercer parte)


-La boda de Miranda y jorge fue espectacular, casi todo el pueblo fue testigo de la ceremonia.

Ella lució hermosa y él apuesto y feliz.

Mi esposa y yo fuimos padrinos del su primogénito, Jorge Ramiro, creo que el cariño que siempre nos han tenido, fue la razón por la que prefirieron a este par de viejos para padrinos de su hijo, por encima de todas sus amistades adineradas, ya que, sobretodo ella, siempre nos ha querido mucho, bueno es recíproco el cariño.

Cuando Jorgito cumplió tres años, cuando pasaban por la tienda, el niño se soltó de la mano de su mamá y vino corriendo a decirme: - padino Meli, voy a tenel un hemanito -, me hizo reír su indiscreción y le contesté: -¡que lindo regalo de cumpleaños te dio tu mamá!, mi regalo no va a ser tan bonito, pero te va a gustar- y lo abracé, al tiempo que felicitaba a Miranda. Ella estaba radiante, su vida no podía ser mejor, era una exitosa contadora y tenía una familia encantadora que estaba a punto de aumentar.

Para Teresa, mi esposa y para mí, que nunca habíamos tenido hijos, el cariño de Miranda y su hijo significaban mucho, así que el saber que pronto habría un bebé más en la familia, fue un nuevo motivo de regocijo.

Eduardo nació en el mes de octubre, era un niño hermoso y lleno de vida. Jorgito no demostró celos por su hermanito, al contrario, lo llenó de besos y muy seguido preguntaba que cuando podrían jugar con él a la pelota.

María y yo salíamos a la puerta de la tienda, para contemplar la hermosa escena que formaban Miranda, Jorge y los dos niños jugando en el parque, si, ese mismo parque en el que usted la vio por primera vez y que ahora es su casa-.

-Pero la vida perfecta de Miranda se vio amenazada por la presencia de un hombre, cuando lo vi llegar a mi tienda pidiendo una cajetilla de cigarros, algo me dijo que representaba una amenaza, sus ojos como extraviados me hicieron sentir aprensión, pero la pregunta que me hizo detonó cierta alarma en mi interior: - ¿Me podría decir donde vive Miranda Montes?-, yo tragué saliva y a mi vez pregunté:-¿ usted la conoce?-, si, es mi colega y fue mi compañera de la facultad, yo también soy contador-.

-Pues mire, yo no la conozco bien, pero.....-, -¡ ah, ya, ese hotel de enfrente tiene su apellido!, gracias, ya sé donde preguntar-, y salió dejándome preocupado.

Pasaron algunos días y una tarde vino a verme Miranda, se notaba que había llorado, -compadrito Meli, estoy asustada y no sé que hacer-, -¿pero que te pasa, hija?-, - hay un hombre al que nunca pensé volver a ver, se llama Damían, estudió conmigo en la Universidad y fuimos novios por un tiempo, pero me di cuanta de que no estaba en su cabales. Era desconcertante, me celaba exageradamente y si algún chico me hablaba, me jalaba del brazo y luego me gritaba reclamándome y diciendo que lo engañaba.

Fue tal la presión, que rompí con él y le dije que de ninguna manera aceptaba sus celos y su manipulación. Afortunadamente ya estábamos al final de la carrera, y, aunque tuve varias ofertas de trabajo de algunas empresas, preferí regresar acá, y una de las razones fue, que quería poner distancia de por medio, pues presentía que él representaba problemas para mi vida.

Y no me equivoqué, a pesar de vivir a muchos kilómetros de él, me localizó y ahora viene a amenazarme, dice que quiere que deje a mi esposo y que me vaya con él con todo e hijos, ¡esta loco!-, - hija, será mejor que lo denuncies a la policía, el comandante te aprecia mucho y sabrá como ayudarte, no creo que sea difícil ponerle una orden de restricción para que no pueda acercarse ni a ti, ni a tus hijos-, - ¡ay Meli, lo que pasa es que no quiero que Jorge se entere, sería horrible exponerlo a que se lié a golpes con ese malvado, ¡imagínese el escándalo si sucede algo así en un lugar público!-, -pues no se lo digas, ve discretamente a hablar con el comandante Zúñiga, él sabrá que hacer-.

Cuando algunos días después vi la cara aliviada de Miranda, a mi vez sentí alivio, - A ver cuéntame mi niña, ¿se acabó la amenaza?-, - si, fui con Zúñiga y él solucionó el problema, tan es así, que lo amenazó con encerrarlo en la cárcel si lo volvía a ver por el pueblo, ¡gracias por tu consejo compadre Meli-.

Pero la amenaza de Zúñiga no fue tan radical, pronto tuvimos noticias de Damían.

(continua)

9 comentarios:

  1. >Ay, mucho me temo que el tipo va a volver a incordiar...jajaja
    Besitos y salud

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  2. Ya se va desenredando la madeja..... quedo muy pendiente, tía Ku.

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  3. Por andar estos dias muy ocupada, me había perdido la segunda parte, pero hoy leí las dos, muy interesante, espero la continuación. Un abrazo Martha.

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  4. Ya te encontré Doris Le 'Ku .. y me temo que por aquí también me tendrás.. tendré que leer desde la primera parte.. Un beso.

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  5. Genin: Como siempre tu presencia alegra mis ojos y enternece mi corazón.
    Gracias amigo: Doña Ku

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  6. Darío: Eres otra presencia indispensable para mí, que bueno que leas mi relato y no olvides que estoy pendiente de tu crítica, buena o mala ¿eh?
    ¡Que va! tú siempre eres benigno con mis letras.
    Cariños y abrazos para tres o para cuatro: Doña Ku

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  7. Martha: No hay nada más gratificante para mí, que saber que te gustan mis relatos.
    Un saludo cariñosos amiga: Doña Ku

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  8. Hola Make: Bienvenida, tómate un café conmigo, también te ofrezco una rebanada de pastel(olvídate de la dieta). Sentémonos a charlar de cosas intrascendentales y disfrutemos de la amistad.
    Gracias querida amiga:Doña Ku

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  9. Debo reconocer que me sorprendió ver que me había perdido las entregas anteriores, así que di marcha atrás y leí todo.
    Me maravilla cómo llevas la historia, pero ahora me quedo con la intriga... Bueno, ya vendré a seguir leyendo cómo sigue esto.
    Te dejo un beso enorme, mi querida Dora Ku.
    Humberto.

    PD: Aprovecho para invitarte a un proyecto compartido, te dejo el enlace.

    http://relatos-tres-de-un-par-perfecto.blogspot.com

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