UN AÑO DE BENDICIONES

UN AÑO DE BENDICIONES
PARA TODOS

sábado, 17 de agosto de 2013

La sed III

La sed

Capítulo III


La casa quedó muy triste sin Miranda, parecía como si el sol se hubiese ocultado y el silencio se apoderara de los rincones que habían hecho eco a la risa de mi hermosa amiga.
No obstante saber a David cerca de nosotros amainó un poco nuestra pena.

- Adri, necesitas salir, acepta la invitación de David para ir a la feria del pueblo- me dijo doña Cuquita, a los pocos días de la partida de Miranda.

David apareció por la noche vistiendo jeans, camisa informal y botas.
-¿Listas, señoritas?- Mientras lo decía esbozaba una amplia sonrisa. - ¡La feria nos espera!- Y curvando los brazos, se puso en medio de doña Cuquita y yo.
- No hijo, no puedo dejar a Braulio solo.
- ¡Pues nos lo llevamos también, faltaba más!
-Ha estado resfriado y no le hace bien salir al frío. Mejor vayan ustedes, ya nos contarán como estuvo todo - expresó la buena mujer.
Mientras nos aproximábamos, en su camioneta, a la Plaza Mayor del pueblo, poco a poco se iba escuchando la algarabía de la gente y los tronidos de los cohetes.
Paseamos un poco alrededor de la Plaza y no pude dejar de pensar que era el mismo lugar donde espiaba a mi madre.
- Adri, venías muy sonriente, ¿por qué te pusiste de pronto triste, es por Miranda?
- Sí, en parte, pero más que nada es el recuerdo de mi madre. Ya hace varias semanas que no viene por acá. La semana pasada vino el desgraciado ese sin ella. Me da miedo pensar que le haya pasado algo.
- No, no seas negativa, pronto la verás. Yo te acompañaré todos los días.
- Gracias, eres muy bueno.
- No, no soy muy bueno, soy el hombre que te ama desde que eras una niña-  y mientras lo decía, sus ojos se iluminaron, y pude ver dentro de ellos, que era verdad lo que decía.
Vi que se aproximaba a mí, con el propósito de abrazarme. Casi no podía creer que en ese momento se estaba realizando mi sueño de toda la vida. yo también lo amaba desde hacía muchos años. Cómo no amar a un hombre como él, tan bueno, tan cariñoso y buen amigo, tan íntegro.
¿Que fue entonces lo que me impulsó a rechazarlo?
-No David, perdóname, pero no estoy interesada en ti -me oí decir esa mentira, aún en contra de mi voluntad.
-Adriana, ¡no me digas eso! ¿Que son entonces esas lucesitas que veo brillar en tus ojos cada vez que me miras?- al decir esto tomó mi cara entre sus manos y me obligó a mirarlo.
Yo desvié la mirada y contesté:
-No, te equivocas... eres mi amigo... yo.
Su boca se apoderó de la mía y una cálida oleada inundó mi cuerpo.
- Tú me quieres, lo sé- aseguró con voz profunda y emocionada.
Ya no pude negarlo, era demasiado transparente para él.

Los esposo Gonzalez se pusieron felices al saber de nuestro noviazgo.
Yo pensaba que tal vez podrían haber objetado el que fuese novia de su sobrino preferido. Después de todo, yo sólo era una campesina a quienes ellos, generosamente, había acogido en su hogar.
Fue cuando supe cuanto me querían esos maravillosos seres humanos, pues adoptaron la postura de mis padres frente a David, al recomendarle que se portara bien conmigo y que me respetara.
-En cuanto termine mi carrera me casaré con Adriana, ella es la mujer de mi vida- aseguró David. Y yo acallé mi conciencia, al no querer recordar el pacto que había hecho conmigo misma.

Me dediqué a vivir a plenitud mi relación con David.
Fue un tiempo hermoso, lleno de detalles y mucho, mucho amor.
Pero llegó el día que tenía que marcharse de nuevo a la capital a terminar sus estudios.
Faltando dos días para su marcha, pidió permiso para llevarme a cenar y, después de un beso cariñoso a doña Cuquita y un apretón de manos a don Braulio, salimos a disfrutar de los últimos días que la vida nos permitía estar juntos.
- Sí amor, separarnos es bastante difícil, pero quiero decirte que tras esta separación, además de culminar mi carrera de abogado, hay algo que no quise decirte hasta no estar seguro. Mi maestro Fidel Garay, que es uno de los penalistas más importantes de México, me prometió ayudarme a acudir ante el Tribunal Supremo, para solicitar una orden de aprehensión en contra de Maurilio Cabrera.  No pienses que por el fuero que tiene no puede ser juzgado. Ya recabé un grueso expediente con todas las arbitrariedades que ha cometido, y me he dedicado a entrevistar a las personas cuyos derechos ha pisoteado. Además debe muchas muertes. ¡Esta vez Cabrera no se salva de la cárcel!
Pronto tendrás a tu madre contigo, ya lo verás.
Todo me parecía irreal, pero sabía que él no hablaba en vano.
De pronto sonó su teléfono celular y, mientras lo contestaba, lo vi ponerse pálido.
- Adri, tenemos que regresar a la casa, don Braulio nos necesita urgentemente- pagó de prisa la cuenta y tomándome del brazo me subió a su camioneta.

Vi las caras de preocupación de mis benefactores y me asusté.
- Hija, ¡tienes que ser fuerte! Hace un momento, unos campesinos trajeron a tu mamá, viene en muy mal estado y... - no dejé seguir hablando a don Braulio, hice a un lado a todos y corrí a buscarla.
Ahí, frente a mí, estaba la mujer que me había dado la vida; no era ni la sombra de lo que había sido. Estaba vestida con harapos y lucía terriblemente pálida y delgada. Me asustó su trabajosa respiración.
-Mamá, mamá, ¡háblame! Mira, soy yo, Adriana.
Ella entreabrió los ojos y en su boca se esbozó de sonrisa.
- Hija... ¿en verdad eres tú?
- Sí mamita, le pedí a Dios que te trajera a mi lado, y ya vez, se me ha concedido.
- Adri, ya hablé a un hospital de Morelia, van a recibir a tu mamá, ella necesita atención especial- dijo David. Noté la humedad en sus ojos.
Con sumo cuidado subimos a mamá a la camioneta de David y nos dirigimos a Morelia.
La esperanza anidó en mí, salvarían a mi madre y yo me dedicaría a cuidarla hasta que se pusiera bien. La vida nos compensaría el tiempo que habíamos estado separadas.

(continua)





4 comentarios:

  1. La cosa se complica... :)
    Besos y salud

    ResponderEliminar
  2. Pobrecilla Adriana, no hilvana dos noticias buenas, ten compasión. Besi

    ResponderEliminar
  3. Acá solidarizado con las tribulaciones de Adriana. Quedo expectante, tía.

    ResponderEliminar
  4. Dorita , me tienes sobre ascuas...rápido el próximo capitulo por favor...que sean buenas noticias para esa pobre jovencita...besos

    ResponderEliminar