La sed
Capítulo XIV
"Querida Miranda, hermana mía: Sé que muchas veces te he escrito para contarte mis penas y mis alegrías, pero jamás pensé en mandarte una misiva como esta.
Tú has sido una gran bendición en mi vida, y nunca me cansaré de pedirle a Dios porque te de siempre la felicidad que mereces por ser una persona increíblemente bondadosa. Pero no podrías ser de otra manera si provienes de unos padres tan maravillosos como don Braulio y doña Cuquita.
Ustedes cambiaron mi vida y ,gracias a su amor, pude sentir que no estaba sola . Lo mejor fue saber lo que se sentía tener una hermana tan hermosa y llena de cualidades, como lo eres tú.
Por ustedes soporté el dolor de la muerte de mi padre y el saber a mi madre privada de su libertad y en la garras de "La bestia". Gracias a ustedes ( y a ese matrimonio de campesinos) pude recuperar a mi madre. Y sin ustedes, nunca hubiera soportado el dolor de perder a la mujer que me dio la vida.
Todo lo que pueda decirte no es suficiente para agradecer lo que me han entregado en estos años.
Pero yo soy una ingrata porque sé que voy a causarles un gran dolor... pero ¡no puedo más! La sed me abruma, necesito calmarla ¡a como de lugar!No puedo dejar que la muerte de mis padres quede impune.
Maurilio Cabrera ha cometido mil atropellos, ha cegado vidas, ha envenenado a muchos, ha prostituido a muchas.
Lo que mis padres sufrieron y , en consecuencia, viví yo, lo han padecido muchas otras familias. No es posible que nadie haga que ese maldito pague sus bestialidades.
Me indigna verlo tan ufano, inflándose como pavo frente a todos, para decir que es un hombre honrado y sin mancha, ¡sin mancha!
Es por eso que estoy decidida a ir a la casa de "La bestia" y hacerle creer que me he deslumbrado con su presencia. Me haré su mujer y en cuanto pueda... ¡lo mataré!
He llorado mucho, pues sé que con mi decisión lastimaré a todos los que me quieren y que, hasta ahora, han creído en mí, pero ya no hay marcha atrás (de hecho ya di el primer paso, me presenté ante él y me di cuenta de que le gusto).
No tengo el valor de escribirle a David, ni de decírselo a tus padres; si me puedes perdonar explícaselos tú.
Mañana por la mañana desapareceré de sus vidas y me hundiré en un hoyo profundo y negro.
Te quiero mucho. ¡Perdóname! : Adriana."
La mañana se anunció con las campanas de la iglesia.
Me levanté tratando de no hacer ruido, al hacerlo sentí un terrible peso sobre mi corazón.
No obstante tuve el valor de darme una ducha, vestirme y maquillarme frente al espejo, éste me devolvió una imagen que no parecía ser la mía.
Contemplé la que había sido mi recámara por todos estos felices años. El edredón, hecho de retazos de tela, había sido confeccionado para mí, con mucho cariño, por doña Cuquita,¡cuanto la iba a extrañar!
Bajé con sigilo por la vieja escalera de madera.
Por un instante me pareció ver a don Braulio al pie de ella, sonriéndome con su afecto de padre ¡Viejito lindo, cuanta falta me va a hacer!
Finalmente salí a la calle y caminé tratando de no voltear a mirar la tan amada casa pintada de azul y blanco, que tal vez ya nunca volvería a ver.
Apresuré el paso, parecía que mis piernas obedecían a un mal hado, que ya no me pertenecían.
Abordé un taxi, el conductor me vio con extrañeza cuando le indiqué la dirección. No obstante obedeció y condujo sin decir palabra.
Recorrimos algunos kilómetros y, de pronto, apareció ante mí el portón de "Los jinetes"
Después casi once años volvía a ver el lugar que tanto odiaba.
DK
(continua)
QUERIDOS AMIGOS: DESPUÉS DE AGRADECERLES EL QUE HAYAN LEÍDO ESTA MININOVELA, LES INFORMO QUE MAÑANA PUBLICARÉ EL FINAL DE LA MISMA.
ResponderEliminarGRACIAS DE TODO CORAZÓN POR SU PERMANENCIA EN MI BLOG.
CON TODO CARIÑO: Doña Ku
Lo espero con ansiedad , besos Dorita
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