Hace algunos ayeres, cuando mi hija Karina nació, le escribí un poema y quiero compartirlo:

Te presentí

Te presentí, sabía que llegarías

con la misma fuerza de mis anhelos,

ahuyentando de una vez y para siempre mi soledad.

Tenías los puños apretados fuertemente

y aprisionabas mi corazón,

tenías los ojos cerrados

y el llanto abierto

para destruir los silencios.

Supe entonces que nunca más
estaría tranquila,
que tú me llenarías de angustia
y felicidad.

No eres mitad tu padre y mitad yo,
eres tú misma,
llena de grandes dudas
y de misteriosa sabiduría.

No importa el tiempo que nos lleve
aprender una de la otra,
o cuanto tengamos que airarnos
para asimilar nuestro desaciertos,
porque al final sabremos
que por encima de todo,
lo importante será,
la dosis de amor que pondremos
cada vez que necesitemos perdonarnos.

Te amo pequeña mía.

Tu madre : Dora