UN AÑO DE BENDICIONES

UN AÑO DE BENDICIONES
PARA TODOS

domingo, 29 de septiembre de 2013

La sed X

La sed

Capítulo X

 

 

A medida que pasaba el tiempo mi salud se deterioraba cada vez más, tuve periodos de recuperación, alternados con otros en que ni siquiera podía levantarme de la cama.

Maurilio dejó de llamarme al comedor, aún cuando estuviera más o menos bien. Medida que me venía de perlas, ya que no tendría que verlo, ¡lo odiaba!Sabía con toda certeza que él había mandado matar a tu papá.Y... también me mató a mí.

Tenía ya más de un mes de estar postrada, cuando llegaron Plinio y otro de los guardias, y me llevaron al cuarto de reclusión. Más tarde, una de las hijas de Nati llegó con el resto de mis pertenencias.

- Siñora, no si vaya a priocupar, pero el patrón anda diciendo que usté si murió ayer - ella sí que tenía una cara de asustada que no podía disimular.

-No te asustes, Lina, ya nada de lo que haga tu patrón me afecta. Ni siquiera tengo miedo de morir. Solo me da cierta curiosidad saber como piensa matarme.

- ¡Ay, no diga eso!, pa´mi que no li hace nada - su voz sonaba muy poco convincente, pero fue cierta su afirmación.

Al día siguiente me sentaron en una silla frente a la ventana que daba al patio y vi salir un elegante ataúd, tras él iba Maurilio, ataviado con un traje de charro, la corbata de moño de la camisa era, al igual que el ruedo de su sombrero, de color negro.

Lo seguían sus guardias y algunos sirvientes, entre ellos Natividad y sus dos hijas ( quienes seguramente fueron obligadas a seguir la farsa). Así fui oficialmente muerta.

El día primero de septiembre, escuché cohetes, gritos y festejo. Imaginé que se debían a que La bestia había ganado su segundo mandato. ¡Pobre pueblo! Se me vinieron a la mente todos esos atropellos de los que había oído y otros que había presenciado.

Pasaron algunas semanas posteriores a la reelección y de nuevo capté revuelo en la casa, escuchaba a la servidumbre encalando las paredes del patio, recortando los árboles, barriendo y lavando las baldosas. Mientras, dentro, se escuchaba la misma febril actividad. Posteriormente se comenzaron a desprender los ricos olores procedentes de la cocina. Comencé a salivar, pensando en las exquisiteces que habría cocinado Natividad.

- Siñora, le vine a trair un poco de lo que cocinó mi mama y me voy corriendo a llevarle a mi tata, a ver si no mi discrubren los canijos guardias - dijo Coral, con las mejillas arreboladas por la prisa.

- Oye, dime que esta pasando, ¿por qué hay tanto revuelo?

-Mejor que ni sepa, niña, es algo que no li va a gustar - su voz se hizo casi inaudible.

- Dímelo, te prometo que no me enojo, ni hago drama.

- Pue... si casa el patrón - lo dijo rápidamente y se echó a correr. A pesar de mi circunstancias y de que no tenía nada que festejar, no pude evitar reírme. ¡El muy cochino le quería hacer la vida miserable a otra pobre mujer!, bueno, ¡allá él! y ...¡allá ella!

Después supe que la ceremonia eclesiástica había sido muy concurrida por fulanos de la política, entre los que se encontraba, por supuesto, el excelentísimo señor Gobernador.

La fiesta estuvo,según lo que oí, por todo lo alto. Pusieron muchas mesas en el amplio patio de la hacienda e hicieron gala de la esplendidez del anfitrión. Corrió mucho wiski, alternado con tequila y cerveza (la cocaína no debió faltar); platos y platos de ricos guisos, música, juegos pirotécnicos y muuuchos discursos.

A las ocho de la mañana se escuchaban las voces semi dormidas de los invitados y uno que otro aplauso para despedir a los novios que emprendían el viaje de "Luna de miel".

Fue toda una semana de calma chicha.

Natividad y sus hijas vinieron a platicar conmigo y disfrutamos de buenos momentos tomando agua de chía o champurrado, si era tarde. Pero lo mejor eran los relatos de los últimos acontecimientos.

- No cria, siñora, la esposa del patrón es una chamaca muy bonita, sin hacerla a un lado a usté. Yo crío que cuando mucho tiene 21 o 22 años, ¡es una criatura!, mi Coral es más grande qui´ella. Dicen qui's la hija dil cura di la iglésia di Patzcuaro. El curita dice qui's su sobrina,  pero todos saben que lleva munchos años arrejuntado con Gudelia Cano y ya tienen hartos chamacos. La más  grande es Lupe, la nueva patrona, con su perdón - al decir esto bajaba la cabeza, tal vez pensaba que me ofenderían con sus comentarios. -No te preocupes Nati, tú sabes que nunca me casé con tu patrón, pero si lo hubiera hecho de seguro ya me hubiera dado un tiro - lo dije, más que nada, para que no se sintiera mal.

- Le voy a dicir un sicretito- dijo Coral, viendo a su madre con sigilo- El patrón nunca ha preñado a ninguna di las mujeres con las qui ha vivido, crio qui quere tener chamacos, y ha di pensar qui si su mujer istá tiernita, pues esa si podrá- Solté una carcajada tan grande, que dejó sorprendidas a las pobres mujeres.

Pero la felicidad duró poco, el ruido de la camioneta de Maurilio, anunció la llegada de la "feliz pareja".

Yo estaba confinada en el cuarto, ya tan familiar para mí, del final del pasillo, y todo lo que sabía me lo decían las hijas de Natividad cuando me llevaban los alimentos.

Me contaban que ella había querido que su maridito le regalara un caballo, y que él se lo había comprado, pero que no le permitía salir fuera de los límites de la hacienda, cosa que a ella le molestaba, por lo cual, hacía berrinches y se encerraba en la recámara y no dejaba entrar a Maurilio. Éste le rogaba y le rogaba, pero cuando le cansó la paciencia, ordenó que uno de sus guardias rompiera la cerradura y, la recién casada, recibió su primer golpiza.

Después se volvió más dócil, pero se aburría como ostra, y le dio por recorrer la casa. Un día los guardias se descuidaron y, cuando me di cuenta, estaba frente a mí aquella chiquilla hermosa, que sabía se llamaba Guadalupe. Me miró sorprendida y me dijo:

- ¿Tú, quién eres?- en ese momento llegó corriendo Plinio y la tomó de un brazo - ¡Vámonos si no quere que el patrón se inoje!- y se la llevó casi a rastras. Nati me dijo que habían tenido una gran pelea, que de pura suerte no acabó en golpes, debido a que acababa de llegar de visita el curita de Paztcuaro. El visitante estuvo una noche solamente y partió al día siguiente.

Si alguien me hubiese contado los acontecimientos que estaban por suceder, no lo hubiese creído.

Dos días después, cuando me encontraba en un sueño profundo, escuché el familiar ruido de la llave en la cerradura, y desperté sobresaltada.

-¿Quién eres?- pregunté sigilosa y, en medio de mi modorra reconocí el rostro de Bulmaro. - Siñora, agarre las cosas que nicesite, vamos a sacarla di aquí, el patrón quere que la mátemos.

(continua)
DK
 
Champurrado: bebida hecha a base de harina de maíz.
 
 
 
 
 
 

 



2 comentarios:

  1. Maravilloso Dorita , cada entrega atrapa mas que la anterior...besos

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  2. Caramba doña Ku, hemos pasao de la crónica de una muerte anunciada, a presenciar el propio funeral desde una ventana... y nos quedamos con la intriga de qué vendrá ahora que tiene que salir de prisa y corriendo pues le va la vida.
    Presta estoy a ser sorprendida!!!

    Mil besitos gordotes

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